jueves, julio 13, 2006

el club de Komalah




Es un club que reúne un pueblo entero de Kurdos iraníes en Turquía, para hacerles corta la historia y sin ánimo de dar la lata, lo principal de este relato es que los 25 millones de kurdos constituyen el cuarto grupo étnico más grande en el Medio Oriente. Lo más aún interesante es que no tienen un país propio. Ellos son la nación más grande del mundo sin un territorio que les dé la pertenencia. Los sin tierra están divididos en varios países Irak, Turquía, Siria, Armenia, Georgia, Irán, Azerbaiyán; sigo investigando y no puedo terminar de encontrar países.
Este grupo desplazado por acuerdos de la primera y segunda guerra mundial me ha sorprendido...¿qué es lo que hace en un gil no tener un lugar?, ¿implica esto la perdida de la identidad?. Esto es una joda, y aquí es donde me toca. Desde chico me ha jodido cachar quién mierda soy, ¿pa dónde va la micro?, ¿para que soy bueno?, es difícil saberlo, en este Chile que ofrece como conexión un cable que va directamente conectado desde el ritmo del trabajo pasando por la tele a tus sueños. Peor aún lo presentan como la mejor oferta para matar el tiempo, para que vivas tu vida a través de la vida de las voces que sacan de quicio....jode.
Para los miembros de este club lo único que les devuelve el estado normal es la sorpresa, esta los vuelve a la infancia, a las cómplices lealtades entre amigos que hoy están gordos y chatos de estar chatos, así estos vuelven a tener futuro.
Cada miembro sabe que este estado de sorpresa continua los hace más ellos y en gran parte les enseña a vivir sin la necesidad de la tierra, de la pertenencia a un lugar, de ser lo que esperas ser, de tener columpio en el jardín, de tener un quincho en la esquina del patio.
Sabina dice "en Komalah comprendí que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver". El pasado como recurso pa que no sea tan encabronado esperar en la lista de espera, dura lo que dura un peo en un canasto, mejor -digo yo- unirme a tan notable club.

sorpresa, sorpresa te estas grabando.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

a espera que la vida me sorprenda, me quedé ahi, comiendo pan caliente en una banco de plaza cerca de casa. No pensé en el como caían las hojas a mi alrededor, en el perro que se acercó a pedirme un trozo, y los autos pasaron como tambien una brisa. La vida mitiga, enceguece, la vida y el tiempo hacen que te olvides del significado de la palabra sorpresa.

Ya quisiera yo, no desear una tierra en donde poner mis pies... como llego a ese estado? tengo una semilla de eucaliptus en mi chauchera, y aun no se a quien regalársela. La quieres?

Ilustre hijo de la maestranza San Eugenio dijo...

a usted mismo señor anonimo.

Anónimo dijo...

Sorpresa, sorpresa... que ha comenzado la cuenta regresiva para dejar de pertencer al club de los sin tierra y pasar a formar parte del club primigéneo, del cual tú eres el fundador y el miembro más antiguo, el club del cual no te desprenderás porque no necesitarás hacerlo, el club al cual podrás volver cada vez que te sientas un
misógino aprendiz de seductor
que canta rock and roll
para exigirle a las estrellas
ojos que aprendan a mirar,
labios que quemen...

Tu semilla, tu destino y tu refugio.
Tu club.


¿en qué otros brazos hallarás
delirium tremens?

Ilustre hijo de la maestranza San Eugenio dijo...

EHHHHHHHHH ORALE!!!!

Anónimo dijo...

Y cómo si no tienes idea quién eres, sabes que no eres de ninguna parte?

Cuéntame plissss!!!!

Clementina dijo...

Feo, en lo que a mi repecta, prefiero siempre volver al origen, un poco porque creo en lo de que el asesino vuelve al lugar del crimen, porque vuelves a buscar lo que olvidase, porque es bueno también pedir perdón, porque prefiero sumarme a la lógica de los incas (o mayas??) de que el futuro está en la espalda y el pasado frente a los ojos (hacen alusión a que uno conoce lo que pasó, pero no ve lo que viene).
Y además, porque me hace ene sentido que una sí tiene nociones siempre de quién es, aunque sea un poquito, como los principios no se traicionan, tampoco el principio de una, lo mismo que deconocer(se).

Pero pasa también, aunque no tengo idea en qué parte conecté tu tema con esto, que a mi manera me siento un poco arrancando del pesimismo que nos rodea, quiero hacerle jaque mate a la vida aunque ni sé jugar ajedrez, quiero tener la fuerza y la voluntad de pemanecer burra ante mil y una cosas y prescripciones, básicamente porque no tengo intención de "acomodarme" y pensar que ahí me las arreglo para hacer una finta a la vida y más que nada a la época (sociedad) que nos tocó (porque nos tocó) y pasar piola y "airosa". No, no quiero eso. Y no es una certeza, ´ni argumentos tengo, pero me tinca que puede ser mejor lo que te dije antes, la no traición a los "principios" y a la escencia de una. Si me equivoco, vuelvo al principio me miro el ombligo y trato otra vez.

Todo eso mienras busco y busco. Busco lo que buscamos todos, esa alma que te da sentido y desde esa seguridad que yo, Clem, necesito para dejarme ser. Por mientras me enferman los pre-juicios, las preconcepciones, los fanatismos miradores en menos, la falta de arrojo, la violencia, las falas de respeto (de esas que no saben apuntar el ventilador) y como casi no creo en dios, pero creo que casi todo es posinle, me pasa que me cuestionan, me cuestiono, me hago mierda, pero media hora no más. Y, por último, en el camino, me dedico a vivir, o sobrevivir, como se diga, mientras hago eso, creo, sólo creo, que llegará el momento en que no solo dejaré de sentirme chata, sino que seré más feliz que la mierda.
Al final, supongo que de eso se trata la vida.

Un abrazo.